Fábrica de historias

Fábrica de historias


Nuestra fábrica de historias

 

«Porque si se puede reproducir una historia preservándola de explicaciones ya se logró la mitad del arte de narrar». Walter Benjamin.

 Maquina escribir


Nuestra fábrica de historias nació en el Taller de Narrativa y Literatura, un Espacio de definición institucional-EDI- en la carrera de Educación Inicial del ISFD Nro.10. Juan Bautista Alberdi, de la Ciudad de Buenos Aires. 
Cada grupo de historias fue surgiendo a partir de consignas dadas en este espacio de producción de textos, entramado con lecturas literarias y reflexiones sobre la propia escritura. 

Una voz grupal fue construyéndose durante cada cuatrimestre de trabajo. Sin  él, sin las lecturas de las creaciones compartidas, no hubiera sido posible el enriquecimiento desde el intercambio de historias y creaciones lúdicas que ayudaron a tejer la trama de los textos. Consignas que disparan imágenes, que construyen historias «en bruto». El desafío es objetivar luego las historias y ajustarlas en su trama narrativa, en la sintaxis y ortografía, “anche” la semántica de los textos. 

Cadáveres exquisitos y variantes del mismo, hojas que van hacia la izquierda y a la derecha, cuentos a partir de palabras, palabras que atraen a otras, a frases; y las imágenes van construyendo recuerdos. Palabras del periódico que, descontextualizadas, vuelven a lograr otro sentido en historias de calibres diversos, según quien las escriba.

Y, por sobre todo, el juego, el espacio lúdico para vencer pudores, vergüenzas, censuras, para que las relaciones fluyan, para que los textos ayuden a liberar los recorridos de la propia voz, las voces quizás dormidas o deshilachadas.
Intentar representar, no explicar, dar posibilidad al que escucha, al lector, de imaginar la escena, no de explicársela,  sino representarla, incluyendo un diálogo, moldeando la materia misma, el lenguaje. 
Los juegos aflojan la mano, liberan la escritura; queda para después explorar la propia voz al interior del texto…Y no es tarea fácil, pues si la propia voz está trabada, se complica, y entonces queda el regreso al texto y a la reflexión sobre la escrito, para tomar conciencia, para poder destrabarla.  

 

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